¿Que quiere Hamas realmente?
Artículo publicado en un diario israelí, escrito por un periodista israelí. Todavía existen voces sensatas afortunadamente. Está el link al artículo completo, por si no confían en la traducción
¿Qué quiere Hamas realmente?
Por Gideon Levy – Julio 20, 2014
Publicado en Haaretz (Israel)
Traducido del inglés por Nowhere Man
Después de haber dicho todo lo que
había para decir sobre Hamas: que es fundamentalista, que es
antidemocrático, que es cruel, que no reconoce a Israel, que dispara
sobre civiles, que esconde municiones en escuelas y hospitales, que
no protege a la población de Gaza. Después de todo lo que se ha
dicho, y precisamente por eso, podríamos parar por un momento y
escuchar a Hamas; incluso podríamos permitirnos ponernos en sus
zapatos, y tal vez hasta apreciar la audacia y adaptabilidad de éste,
nuestro peor enemigo, bajo condiciones rigurosas.
Pero Israel prefiere cerrar sus oídos
a las demandas del otro lado, incluso cuando esas demandas son
compatibles con los propios intereses de Israel en el largo plazo.
Israel prefiere golpear a Hamas sin piedad y sin otro propósito que
la revancha. Esta vez es particularmente claro: Israel dice que no
quiere derrocar a Hamas -por entender que en su lugar Israel tendría
Somalía a sus puertas- pero no está dispuesta a escuchar las
demandas de Hamas. ¿Son acaso animales? Digamos que eso es cierto.
Pero están ahí para quedarse, y si Israel cree que ese es el caso,
¿porqué no escuchar?
La semana pasada se hicieron públicas
10 condiciones, en nombre de Hamas y de Jihad Islámica, para un cese
de fuego de 10 años. Podemos dudar de si eran de hecho las demandas
de dichas organizaciones, pero si lo fueran, servirían como una
adecuada base para un acuerdo. No hay ni una condición infundada
entre ellas.
Hamas y Jihad Islámica demandan
libertad para Gaza. ¿Hay alguna demanda más justa y entendible? No
hay forma de cerrar el actual ciclo de crímenes, y no tener otra
ronda en unos pocos meses, sin aceptar esto. Ninguna operación
militar, por aire tierra o mar, puede traer una solución. Sólo un
cambio básico de actitud hacia Gaza puede asegurar lo que todos
quieren: tranquilidad.
Lea la lista de demandas y juzgue
honestamente si hay alguna demanda injusta entre ellas: retirada de
las Fuerzas de Defensa de Israel y habilitación a los campesinos a
trabajar sus tierras hasta el límite, liberación de todos los
prisioneros del intercambio por Gilad Shalit que fueron nuevamente
arrestados, finalización del sitio y apertura de los cruces
fronterizos, apertura de un puerto y de un aeropuerto bajo
administración de las Naciones Unidas, expansión de la zona
pesquera, supervisión internacional del paso fronterizo de Rafah,
compromiso de Israel de un cese del fuego de 10 años y cierre del
espacio aéreo de Gaza para la aviación israelí, permisos para los
residentes de Gaza a visitar Jerusalem y rezar en la Mezquita de Al
Aqsa, compromiso de Israel de no interferir en asuntos políticos
internos de los palestinos, como el gobierno de unidad, apertura de
la zona industrial de Gaza.
Esas condiciones son civiles; los
medios para alcanzarlas son militares, violentos y criminales. Pero
la (amarga) verdad es que cuando Gaza no dispara misiles sobre
Israel, nadie se preocupa por ella. Obsérvese la suerte del líder
palestino que dijo basta a la violencia. Israel hizo todo lo que
pudo para destruir a Mahmoud Abbas. ¿La deprimente conclusión? Sólo
la fuerza funciona.
La actual guerra es una guerra por
elección. Una elección que hicimos. Es cierto que, después de
que Hamas empezó a disparar cohetes, Israel tenía que responder.
Pero al contrario de lo que la propaganda israelí pretende vender,
los cohetes no cayeron porque sí. Volvamos unos meses atrás: la
ruptura de las negociaciones por parte de Israel; la guerra contra
Hamas en la margen occidental del río Jordán, luego de la muerte de
los tres estudiantes de la yeshivá, siendo que es dudoso que Hamas
hubiera perpetrado ese hecho, incluyendo el arresto ilegal de 500 de
sus activistas, el cese de los pagos de salarios a los trabajadores
de Hamas en Gaza y la oposición Israelí al gobierno de unidad, que
podría haber introducido a la organización dentro de la esfera
política. Cualquiera que considere que todo esto podría ser
fácilmente tolerado debe sufrir de ceguera, complacencia y
arrogancia.
Terroríficas cantidades de sangre se
están derramando en Gaza -y en Israel en menor medida. Pero se
derrama en vano. Hamas está derrotada por Israel y humillada por
Egipto. La única chance de una solución real es ir por la vía
exactamente opuesta a la que va Israel. ¿Un puerto en Gaza para
exportar sus excelentes frutillas? Para los israelíes eso suena
como una herejía. Una vez más: la preferencia es por la sangre
(palestina) por sobre las frutillas (palestinas).
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