Sobre "el modelo" del gobierno "K" (nota 3)
¿Qué estructura productiva se está consolidando, transcurridos más de 7 años de gobierno “K”?
Como es sabido, el Sector Primario está integrado por la agricultura, la ganadería, la pesca, la minería, la extracción de combustibles. Este gobierno no ha tenido ninguna iniciativa de modificación estructural de las tendencias en estos sectores, fuertemente dominados por empresas extranjeras.
No se ha revertido, sino profundizado, el esquema petrolero de extracción de reservas previamente descubiertas por YPF cuando era estatal, con exportación libre de crudo al exterior. Lo mismo cabe decir de las licencias de pesca, y ni qué hablar del proceso de “sojización”, una agricultura sin agricultores, caracterizada por la siembra directa con semillas genéticamente modificadas para resistir los agroquímicos, articulada y dominada por muy pocos y grandes grupos internacionales, propietarios de las licencias de los herbicidas y de las semillas, de la estructura de financiación, de acopio, de transporte y de exportación del producto. En minería ocurre lo mismo, con grandes empresas trasnacionales que explotan a cielo abierto yacimientos mineros, degradan el ambiente, contaminan los ríos y destruyen los glaciares
El sector primario proporciona grandes volúmenes de exportación y, por ende, de divisas, que son capturadas parcialmente por el tesoro a través de los derechos de exportación. Esos ingresos públicos resultan fundamentales para cancelar la deuda externa y para financiar las transferencias a las familias sin ingresos, es decir que se aplican a lograr “el desendeudamiento” y la “inclusión social”.
Por lo tanto, los “instrumentos virtuosos” de este “modelo” están indisolublemente ligados al mantenimiento de una estructura productiva y una integración en la división internacional del trabajo en la globalización, que tendrá consecuencias negativas por generaciones. No se trata de “un aspecto aún no abordado” e indeseable de la realidad. Se trata de un elemento consustancial.
En ese contexto, la confrontación con “el campo”, lejos de estar ligada al objetivo de modificar el esquema productivo, requería su permanencia, y sólo pretendía un reparto diferente de los excedentes entre el estado y los privados.
El Sector Secundario es la industria. Tampoco aquí se ha innovado o modificado mucho en relación con la estructura anterior a 2003. Las industrias que gracias a un dólar alto pueden abastecer al mercado interno y, en ciertos casos, colocar parte de su producción en el exterior, especialmente en Brasil, como las manufacturas de origen agropecuario o el sector automotriz, tienen buenos desempeños. Las restantes, oscilan en ciclos cortos de bonanza o dificultad, muchas veces dependientes de lo que pase en Brasil. Y todo ello sin una auténtica asociación entre capitalistas argentinos y brasileros.
El Sector Terciario se integra con el comercio y los servicios. Con el objetivo de controlar la evolución de los precios en el corto plazo, se ha privilegiado la relación con los grandes formadores de precios, en lugar de hacer reformas de fondo en los canales de distribución de bienes, y combatir las tendencias monopólicas u oligopólicas. O sea que también en esta cuestión, el gobierno sostiene una estructura de comercialización concentrada, más fácil de monitorear, con el agravante que los resultados en materia inflacionaria han sido negativos.
Tampoco se han hecho reformas sustanciales en el sector financiero, aunque se repite que se presentará al Congreso un proyecto de Ley para cambiar la Ley de Entidades Financieras de la última dictadura.
Puede concluirse entonces que “el modelo k” no ha introducido, ni siquiera como tendencia, cambios en la estructura productiva que se configuró en nuestro país desde la época de la dictadura militar, luego del agotamiento definitivo del modelo de “sustitución de importaciones”.
Los sectores “dinámicos”, que determinan cómo se configura en el presente y se continuará en el futuro, la producción sectorial y regional, son conglomerados empresarios multinacionales que operan en el mercado global, tanto de productos agrícolas, energéticos, mineros y, en menor medida, industriales. Así, hoy tenemos una estructura productiva mucho más ligada al mercado internacional. Ello, en el caso de la Argentina, implica una estructura productiva mucho más volcada al sector primario y a la exportación.
Mañana, nota 4: ¿Cuáles son los resultados del “modelo”?
Como es sabido, el Sector Primario está integrado por la agricultura, la ganadería, la pesca, la minería, la extracción de combustibles. Este gobierno no ha tenido ninguna iniciativa de modificación estructural de las tendencias en estos sectores, fuertemente dominados por empresas extranjeras.
No se ha revertido, sino profundizado, el esquema petrolero de extracción de reservas previamente descubiertas por YPF cuando era estatal, con exportación libre de crudo al exterior. Lo mismo cabe decir de las licencias de pesca, y ni qué hablar del proceso de “sojización”, una agricultura sin agricultores, caracterizada por la siembra directa con semillas genéticamente modificadas para resistir los agroquímicos, articulada y dominada por muy pocos y grandes grupos internacionales, propietarios de las licencias de los herbicidas y de las semillas, de la estructura de financiación, de acopio, de transporte y de exportación del producto. En minería ocurre lo mismo, con grandes empresas trasnacionales que explotan a cielo abierto yacimientos mineros, degradan el ambiente, contaminan los ríos y destruyen los glaciares
El sector primario proporciona grandes volúmenes de exportación y, por ende, de divisas, que son capturadas parcialmente por el tesoro a través de los derechos de exportación. Esos ingresos públicos resultan fundamentales para cancelar la deuda externa y para financiar las transferencias a las familias sin ingresos, es decir que se aplican a lograr “el desendeudamiento” y la “inclusión social”.
Por lo tanto, los “instrumentos virtuosos” de este “modelo” están indisolublemente ligados al mantenimiento de una estructura productiva y una integración en la división internacional del trabajo en la globalización, que tendrá consecuencias negativas por generaciones. No se trata de “un aspecto aún no abordado” e indeseable de la realidad. Se trata de un elemento consustancial.
En ese contexto, la confrontación con “el campo”, lejos de estar ligada al objetivo de modificar el esquema productivo, requería su permanencia, y sólo pretendía un reparto diferente de los excedentes entre el estado y los privados.
El Sector Secundario es la industria. Tampoco aquí se ha innovado o modificado mucho en relación con la estructura anterior a 2003. Las industrias que gracias a un dólar alto pueden abastecer al mercado interno y, en ciertos casos, colocar parte de su producción en el exterior, especialmente en Brasil, como las manufacturas de origen agropecuario o el sector automotriz, tienen buenos desempeños. Las restantes, oscilan en ciclos cortos de bonanza o dificultad, muchas veces dependientes de lo que pase en Brasil. Y todo ello sin una auténtica asociación entre capitalistas argentinos y brasileros.
El Sector Terciario se integra con el comercio y los servicios. Con el objetivo de controlar la evolución de los precios en el corto plazo, se ha privilegiado la relación con los grandes formadores de precios, en lugar de hacer reformas de fondo en los canales de distribución de bienes, y combatir las tendencias monopólicas u oligopólicas. O sea que también en esta cuestión, el gobierno sostiene una estructura de comercialización concentrada, más fácil de monitorear, con el agravante que los resultados en materia inflacionaria han sido negativos.
Tampoco se han hecho reformas sustanciales en el sector financiero, aunque se repite que se presentará al Congreso un proyecto de Ley para cambiar la Ley de Entidades Financieras de la última dictadura.
Puede concluirse entonces que “el modelo k” no ha introducido, ni siquiera como tendencia, cambios en la estructura productiva que se configuró en nuestro país desde la época de la dictadura militar, luego del agotamiento definitivo del modelo de “sustitución de importaciones”.
Los sectores “dinámicos”, que determinan cómo se configura en el presente y se continuará en el futuro, la producción sectorial y regional, son conglomerados empresarios multinacionales que operan en el mercado global, tanto de productos agrícolas, energéticos, mineros y, en menor medida, industriales. Así, hoy tenemos una estructura productiva mucho más ligada al mercado internacional. Ello, en el caso de la Argentina, implica una estructura productiva mucho más volcada al sector primario y a la exportación.
Mañana, nota 4: ¿Cuáles son los resultados del “modelo”?
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