Sobre "el modelo" del gobierno "K" (nota 1)

Iniciamos hoy las entradas del año 2011, con la primera de una serie de notas que vamos a ir publicando todos los días, sobre las características del llamado "modelo" que pregona estar implementando el gobierno "K".



Nota 1: ¿El modelo es neodesarrollista?

El oficialismo ha instalado, con bastante éxito, la idea de que “el modelo” socio económico actual es sustancialmente diferente de los que lo precedieron.

Es curioso advertir que el “modelo” no tiene un nombre que lo defina. En otras épocas, hubo “modelo agroexportador”, posteriormente “industrialización por sustitución de importaciones”, y más recientemente, “libre juego de las fuerzas del mercado en el capitalismo globalizado”, al que algunos también llamaron “neoliberal”, y otros “economía popular de mercado”, según sus tendencias ideológicas.

Bajo la "era K", los elevados índices de crecimiento del PBI, y la asignación universal por hijo, los aumentos en las jubilaciones mínimas, las mejoras en el salario mínimo, vital y móvil, la entrega de netbooks a alumnos de escuelas públicas, y otras medidas similares, han permitido hablar de “crecimiento con inclusión social”.

Las dos reestructuraciones de la deuda cuya suspensión de pagos había declarado, a principios de 2002, el presidente Rodríguez Saá (ovacionado por la asamblea parlamentaria que escuchaba su discurso), la cancelación anticipada de la deuda con el FMI, y el inicio de las negociaciones con el Club de París, por su parte, sustentan que el “desendeudamiento” es otra característica del modelo.

El impulso al MERCOSUR y el rechazo al ALCA, políticas que han sido impulsadas de común acuerdo con el Brasil de Lula y la Venezuela de Chávez, apuntan a la “integración sudamericana”.

La estatización de las AFJP, la nacionalización de Aerolíneas Argentinas, la reversión de concesiones de servicios públicos como el de Aguas Argentinas y la consecuente creación de AySA, la creación de ENARSA, (aún cuando no se haya renacionalizado YPF), la cancelación de la concesión del correo, sugieren un mayor “intervencionismo estatal”.

Algunos piensan que un “modelo” que se caracteriza por el crecimiento con inclusión social, el desendeudamiento, la integración sudamericana y el intervencionismo estatal, puede definirse como “neodesarrollista”.

El desarrollismo de las décadas de los años 50 y 60 del siglo pasado planteaba el objetivo del desarrollo autocentrado de los países de América Latina. Se basaba en el crecimiento del mercado interno a partir de la creación de una industria nacional, en la integración social (en Argentina el partido político que lo encarnó se llamó Movimiento de Integración y Desarrollo) a partir del pleno empleo del trabajo y del capital nacional, (asociado al capital extranjero allí donde éste estuviera interesado, o al estado en los otros sectores). Consideraba a los trabajadores como “capital humano”, concepto superador del de “fuerza de trabajo”, en el que la educación y la participación social y política resultaban indispensables.

Las limitaciones conceptuales y políticas del desarrollismo del siglo XX le impidieron ver que no era compatible el desarrollo con el capitalismo dependiente y con regímenes autoritarios, que eran los que predominaban en su época.

El caso paradigmático de esta contradicción es el de Aldo Ferrer, hoy kirchnerista, que fue ministro de Economía (1958-60) de la Provincia de Buenos Aires bajo el gobierno de Oscar Alende y posteriormente Ministro de Economía de la Nación durante las presidencias de los dictadores Levingston y Lanusse (1970-71).

El desarrollismo se planteaba objetivos económicos y sociales que no eran alcanzables con sus métodos políticos. Claro que, en aquella época, las corrientes de pensamiento que plantearon otros métodos políticos, también propusieron una revolución social con objetivos mucho más ambiciosos y radicales que los del desarrollismo.

Desarrollismo y Socialismo, entonces, siguieron caminos divergentes en América Latina, pero ambos fracasaron por su propia ingenuidad y por la brutal reacción de las clases dominantes locales, ayudadas por el gobierno de los Estados Unidos de América, y utilizando como partido político a unas Fuerzas Armadas que actuaron como ejércitos de ocupación extranjeros.

Para algunos, entonces, el "modelo K" es la reedición del desarrollismo pero en un contexto democrático, en un mundo multipolar y con "habilidad" para confrontar sólo con adversarios a quienes se puede derrotar o someter.

Mañana, Nota 2: ¿Cuáles son los objetivos que el gobierno propone?

Comentarios

Monica ha dicho que…
me encanta leer estas notas ya que hace muy poco que me vine a vivir a uno de los departamentos en recoleta y todavia no conozco mucho la politica de aqui y necesitaba ponerme al dia!

Entradas populares de este blog

El mal diagnóstico económico conduce al fracaso político y al deterioro social

Ante lo que se ha convertido hoy el Estado de Israel, un texto profético de Hannah Arendt escrito en mayo de 1948. "Salvar la patria judía", en el que propone un estado binacional

El Gólem de nuestro tiempo