No confunda, señor ministro
No es un espectáculo feliz ver como el ministro Boudou, totalmente seguro de sí mismo, con una soberbia aún mayor que la exhibida cuando vapuleó a Gerardo Morales en el Senado, volvió a relajar a otro parlamentario opositor, esta vez a Claudio Lozano, a propósito del asesor que ingresaba en una oficina cerrada del Ministerio de Economía, en un horario en el que no había nadie allí, sin autorización y sin que se haya podido explicar, hasta ahora, algún motivo válido. Pero si Boudou pudo hacerlo, es porque se la dejaron servida en bandeja. Si el video que pasó Boudou en su conferencia de prensa no es falso, y no se puede suponer eso sin demostrarlo, la historia del acoso policial que derivó en la búsqueda de refugio en una oficina, quedaría refutada por las imágenes. En sus “quince minutos de fama”, aparte de agraviar, cosa que el ministro Boudou sabe hacer muy bien, deslizó que Claudio Lozano y otros diputados habían impulsado, en agosto de 2009, un proyecto de ley en el que se propicia