Ideas elementales sobre presupuesto, política y trompadas

Primero fue el debate sobre el presupuesto.

A los pocos días fue desplazado por las denuncias de presiones u ofrecimientos espurios de emisarios del oficialismo a diputados opositores para que faciliten la aprobación de la ley.

Y después, esas denuncias dejaron paso a la bofetada que Graciela Caamaño le propinó a Carlos Kunkel.

En una semana el debate público se degradó dos veces y la mirada ciudadana terminó apuntando a cuestiones de menor importancia, cosa que es facilitada por el comportamiento de la clase política y el amarillismo de los medios de comunicación.

Por eso, volvamos a los datos y las ideas elementales que deberían debatirse:

Un dato: el proyecto de ley de presupuesto presentado por el Poder Ejecutivo parte de cálculos sobre el PBI y la inflación inferiores a los razonables, y subestima deliberadamente los ingresos y los gastos públicos. Oficialistas, opositores, 678, Clarín, Víctor Hugo, Nelson Castro, todos saben que esto es así. Algunos lo denuncian y otros lo silencian, salvo honrosas excepciones, no en defensa de la verdad, sino en virtud del juego que juegan.

Una interpretación: la intención del gobierno es aprobar sin debate, en 2011, gastos que sabe que va a hacer pero que no incluyó en su proyecto de ley, mediante el dictado de decretos de necesidad y urgencia (DNU).

Idea elemental número 1: la facultad de dictar DNU es constitucional, pero no incluir en el Proyecto de Ley de Presupuesto todos los gastos previstos es ilegal. Una cosa es no acertar con las estimaciones y otra es falsearlas a sabiendas.

Idea elemental número 2: Si el oficialismo quiere eludir el debate parlamentario de la asignación de recursos del gobierno para un año electoral, no puede pretender que la oposición lo apoye. Se piense lo que se piense de la oposición, este es el único comportamiento esperable.

Otro dato: el oficialismo no tiene mayoría en la Cámara de Diputados, ni está dispuesto a modificar su proyecto de Ley. Está empeñado, entonces, en convencer a la ciudadanía de que la oposición sólo quiere obstruir la acción de gobierno. Tal vez lo consiga, pero eso no cambiará la realidad.

Idea elemental número 3: El Presupuesto es una ley. La Constitución le da al Poder Ejecutivo la facultad de elaborar el proyecto de ley, pero no obliga al Congreso a aprobarlo a libro cerrado. Cuando ningún bloque tiene mayoría, para sacar esta ley o cualquier otra, hay que hacer acuerdos. Si son públicos y transparentes, los acuerdos son legítimos, además de ser legales.

Más datos: en el curso de la sesión del pasado miércoles (10/11), Elisa Carrió denunció un acuerdo entre el oficialismo y el sector del radicalismo que responde a Ricardo Alfonsín, según el cual, algunos diputados radicales iban a retirarse de sus bancas en el momento de la votación, para permitir la media sanción de la ley. Si el acuerdo existió, la denuncia evitó que se llevara a cabo, por lo tanto nunca se sabrá, salvo que algún involucrado lo confiese. Si el acuerdo no existió, la maniobra de Carrió evitó la aprobación del proyecto del ejecutivo aprovechando ausencias de diputados opositores. A favor de la tesis del acuerdo: el jefe del bloque de PRO, Federico Pinedo, declaró que había ausencias de diputados de su bloque que no se podían explicar. El bloque PRO tuvo que reunirse con Macri para no partirse. El sector cobista del bloque radical criticó la actitud del sector alfonsinista. Las diputadas Hotton y Alvarez revelaron haber recibido ofrecimientos para que facilitaran la aprobación de la ley. En contra de la tesis del acuerdo: una de las denunciantes no precisó el ofrecimiento y la otra no identificó al oferente. El bloque PRO tiene diferencias desde hace tiempo. Es conocida la interna entre cobistas y alfonsinistas y todo puede interpretarse en ese contexto. Las causas judiciales difícilmente puedan concluir que hubo delito. El tratamiento político fue archivado el miércoles por el oficialismo en la comisión de asuntos constitucionales por falta de elementos.

La bofetada: la impotencia de la oposición, para usar palabras de la propia Graciela Caamaño, la llevó a darle un injustificable bofetón a su colega Carlos Kunkel, luego de que éste la provocara con alusiones a su marido, Luis Barrionuevo.

¿Esta historia terminará así? Si la ley se aprueba el gobierno tendrá una nueva victoria. Si se rechaza, el gobierno se manejará con el presupuesto de 2010 prorrogado y aquí no ha pasado nada, salvo que una diputada fuera de órbita golpeó a un provocador. ¿Esa es la calidad de nuestra democracia?

Idea elemental número 4: En Argentina se ha “naturalizado” una forma de negociación política que convalida todo tipo de intercambio, la ciudadanía lo tolera, pero sabe que no todo es lo mismo.

Datos: Modificar un proyecto para ampliar su apoyo no es criticable cuando se cede algo que no cambia la esencia para obtener lo principal. Distinto es cuando en lugar de modificar el proyecto en debate se ofrece a cambio el apoyo a otro proyecto. Aquí se rompe la lógica del consenso por la del “intercambio”. En lugar de debatir las diferencias para acercar posiciones se acuerda silenciarlas, para todos los proyectos intercambiados. Un paso más en esta pendiente es cuando se negocia el apoyo de algunos diputados a una ley nacional a cambio de obras, transferencias o subsidios a alguna provincia o municipio, involucrando al gobernador o al intendente. Los opinadores dicen que esto es parte de “las reglas del juego” pero… ¿las obras, transferencias o subsidios se pueden hacer o dejar de hacer a cambio de votos en el congreso?

Idea elemental número 5: si las obras, transferencias o subsidios que entran en la negociación cubren necesidades públicas y sociales prioritarias e insatisfechas, eliminar estas cosas de los planes nacionales sería el precio de una extorsión que pagaría el pueblo y no los políticos. Si no las cubren, no se deberían hacer de ningún modo, ya que necesidades sociales insatisfechas es lo que sobra en este país. Para eso es, precisamente, el Presupuesto.

Cuando ya se ha aceptado como natural y hasta “legítimo” el intercambio y la presión, ¿cuál es la distancia que lleva de eso al arreglo personal?

La diferencia es que los arreglos personales no se pueden admitir por ninguna de las dos partes, pero en el fondo, no se diferencian del intercambio y de la presión. Son medios justificados por los fines.

Idea elemental número 6: si la política es incompatible con la ética, y en una democracia los acuerdos se hacen de espaldas al pueblo ¿alguien puede creer que se hacen en su beneficio?

Probablemente este episodio pasará esta vez, como tantas otras, sin mayores consecuencias. Pero el costo de estas prácticas, y de su tolerancia social, para las instituciones y para la convivencia será incalculable, y lo pagaremos todos.

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